El undécimo álbum de la serie -"El secreto del Unicornio"- inaugura la que podemos considerar época de madurez de las aventuras de Tintín. Las duras condiciones que se vivían en la Bélgica ocupada de 1942 debieron agudizar el ingenio de Hergé que por primera vez, y como síntoma de su desarrollo como escritor, abandonó las tramas monolíticas de sus relatos anteriores y se atrevió con una historia en la que se mezclan tres argumentos perfectamente entrelazados entre sí -la historia de los ladrones de carteras, la del caballero de Hadoque y la búsqueda de los pergaminos- para conducir a un único desenlace que a su vez es punto de partida para la siguiente historia, "El tesoro de Rackham el Rojo".

Una prueba más de que Hergé quedó cautivado con su recientemente creado capitán Haddock es que le convierte prácticamente en el protagonista absoluto de esta historia y de su continuación, e incluso se anima a contar la historia de sus antepasados. El Capitán es un marino por encima de todo, y un marino no puede ser un verdadero marino si no tiene antepasados marinos, así que qué mejor manera de terminar de definir su personalidad y carácter que presentar a uno de sus ancestros, el caballero Francisco de Hadoque -capitán de navío francés durante el reinado de Luis XIV- del cual heredó no sólo sus rasgos físicos sino también su facilidad y originalidad para el insulto.

Continuando con su nueva tendencia de huir de la realidad en sus relatos durante la época de la ocupación, Hergé se marca aquí una pequeña historia de piratas que tranquilamente podría añadirse a los clásicos del género, si no por su entidad como narración, sí al menos por la personalidad y la imagen de su protagonista -Rackham el Rojo-, cuya imagen siniestra y canallesca le hacen perfectamente digno de figurar en la lista de los mejores filibusteros de ficción, como el "largo" John Silver, o los capitanes Singleton, Blood o Hook (Garfio). Esta interesante historia aparece en unas apasionantes memorias del caballero de Hadoque encontradas en un viejo baúl por el capitán Haddock y que éste narra a Tintín como si las estuviera viviendo él mismo.



Uno de los iconos más importantes de esta aventura -y de toda la serie de Tintín- es, sin duda, el buque comandado por el caballero Francisco de Hadoque y que da título al libro: el Unicornio. Hergé había reconocido alguna vez los errores cometidos en el diseño del navío polar "Aurora" -protagonista de "La estrella misteriosa"-, del que afirmó que nunca habría podido mantenerse a flote, y para el diseño del Unicornio fue mucho más riguroso y utilizó maquetas de barcos reales que había podido contemplar en el museo de la marina de París, inspirándose finalmente en el navío Le Brilliant, construído en 1690.




Al hilo de todo esto, y aunque no esté directamente relacionado con "El secreto del Unicornio", ya que hablamos de los antepasados del capitán Haddock mencionaré también el origen, fuertemente ligado a la marina y a la navegación, del apellido del capitán. Según declaró el propio Hergé, tomó el apellido de una familia de Leigh-on-sea, en el condado de Essex (Reino Unido), que durante el siglo XVII dio numerosos comandantes a la marina británica. El más afamado fue Richard Haddock (1629-1715), almirante de la British Navy que en 1672 participó, al mando del "Royal James", en la batalla de Sole Bay contra la armada holandesa. Curiosamente durante algunos años (hacia 1648) comandó un barco llamado "Unicorn". He aquí un par de enlaces donde se habla de él:

http://kentishknock.com/officers3.shtml
http://www.nmm.ac.uk/memorials/Memorial.cfm?Topic=30&MemorialPage=2&MemorialID=M2947&PeoplePage=1#People

Otro de los hechos importantes de este álbum es la aparición por primera vez del castillo de Moulinsart y de su espíritu viviente: el probo y honradísimo mayordomo Néstor, cuya figura parece ir indisolublemente unida a la mansión hasta el punto que permanece en ella sea cual sea su dueño.

En resumen, aunque "El secreto del Unicornio" tiene entidad propia y gran valor como narración independiente -de hecho Hergé declaró alguna vez que era su favorito-, sobre todo sirve como introducción a la siguiente historia, una de las favoritas de muchos tintinófilos y especialmente de los que veneramos al capitán Haddock: "El tesoro de Rackham el Rojo".


El primero en ser exportado

Desde que apareció el personaje de Tintín en 1929 hasta el año 1952, sólo los belgas pudieron disfrutar de las aventuras de los personajes creados por Hergé a través de las distintas publicaciones en las que fue apareciendo: Le Petit Vingtiéme, Le Soir y Tintin. En esta fecha la editorial Casterman decidió promocionar la serie en otros países e inició la traducción de algunos volúmenes a otros idiomas (inglés, alemán y español). Los elegidos para iniciar la serie en otros países fueron precisamente "El secreto del Unicornio" y "El tesoro de Rackham el Rojo", prueba de que también la propia editorial consideró este binomio como el más maduro y sólido de todo lo publicado hasta el momento. No fueron sin embargo esta pareja de álbumes los primeros en llegar a España, puesto que las primeras traducciones al español datan de 1958 y corresponden a "El cetro de Ottokar", "Objetivo la Luna" y "Aterrizaje en la Luna".


El secreto del Unicornio
Título original Le Secret de la Licorne
Año 1943
Reediciones -
Personajes nuevos Néstor